jueves, 16 de febrero de 2012


No hace mucho tiempo, la tierra estaba poblada por dos mil millones de 
habitantes, es decir, quinientos millones de hombres y mil quinientos 
millones de indígenas... La élite europea se dedicó a fabricar una élite 
indígena; se seleccionaron adolescentes; se les marcó en la frente, con 
hierro candente, los principios de la cultura occidental... Tras una breve 
estancia en la metrópoli los devolvían a su país falsificados. Esas 
mentiras vivientes no tenían nada que decir a sus hermanos; eran un 
eco... Aquello se acabó: las bocas se abrieron solas; las voces 
amarillas y negras seguían hablando de nuestro humanismo, pero fue 
para reprocharnos nuestra inhumanidad. 
Jean Paul Sartre 

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